Contra la mala ciencia

Sobre la inflación de estudios de baja calidad y la ineficiencia de la investigación

La ciencia padece un síndrome difícil de caracterizar y más difícil todavía de tratar. El cuerpo de la ciencia ha desarrollado en las últimas décadas un crecimiento de apariencia tumoral que podríamos llamar la mala ciencia o ciencia mal hecha. Esta excrecencia está constituida por todos esos estudios de baja calidad que no aportan sino ruido y confusión. Se sospecha que, por carencias metodológicas y de otro tipo, la mayoría de los tres millones de estudios que se publican anualmente (un millón de ellos, en el campo de la biomedicina) carece de relevancia científica. Los resultados de muchos de ellos no son reproducibles y hasta es bien posible que sean falsos, como advirtió John Ioannidis en su artículo Why most published findings are false, publicado en 2005. Este artículo, que significó un bofetón a la comunidad científica y es ya uno de los más citados, disparó las alarmas sobre la credibilidad y la dilapidación de recursos en la investigación. Ahora, en el primer número de 2017 de la revista Nature Human Behavior, Ioannidis y otros investigadores proponen una serie de medidas para mejorar la confianza y eficiencia de la ciencia en un Manifiesto for reproducible science. (más…)