Espejos y espejismos

Sobre el reconocimiento de las emociones faciales y su lectura automatizada

[divider_flat] El reconocimiento de las emociones faciales es, literalmente, un juego de niños. Desde bien pequeños, todos los bebés aprenden a distinguir el estado de ánimo de sus padres escrutando sus caras. Enseguida reconocen si están contentos o enfadados, si ponen cara de asco o de sorpresa. El aprendizaje resulta rápido y sencillo porque la lectura de la gestualidad facial es una capacidad humana que parece grabada indeleblemente con el buril genético. Vemos caras en las nubes, en las manchas y por todas partes: así es nuestra naturaleza. El cerebro desarrolla esta capacidad sin aparente esfuerzo y por eso nos resulta en general relativamente fácil detectar cuándo una persona que conocemos está, por ejemplo, preocupada. (más…)