Empachados y perdidos
Sobre los cambios, contradicciones y vaivenes alimentarios
Francisco Grande Covián decía que para un pueblo es más fácil cambiar de religión que de hábitos alimentarios. Somos lo que comemos no sólo en un sentido estructural o bioquímico, sino que además los alimentos que tomamos y cómo los tomamos configuran en buena medida nuestra identidad. Así lo expresaba amargamente un vietnamita a propósito de la guerra con EE UU: “después de 30 años de guerra y de ocupación, nuestros hábitos alimentarios son la única cosa tangible que nos hace existir como pueblo”.