El peaje de las letras

 

Sobre la educación como causa de la miopía galopante y el reto de la prevención

En 2050, la mitad de la población mundial será miope: casi 5.000 personas cortas de vista frente a los 1.400 en 2000. Esta miopía galopante (en algunos países de Asia, la población de miopes ronda ya el 80-90%) nos está convirtiendo en especialistas en visión cercana, pues los miopes ven borroso de lejos, pero enfocan con menos esfuerzo en distancias cortas. La emetropía o visión ideal, en la que las imágenes se enfocan justo en la retina y no por delante, como ocurre en el ojo miope, dejará de ser una condición natural para la mayoría de la población, que tendrá que recurrir a gafas, lentillas o cirugía refractiva para desenvolverse en actos tan cotidianos como conducir o leer los carteles por la calle. Pero la cortedad de vista no es solo un defecto refractivo fácil de corregir: el alargamiento del eje anteroposterior del globo ocular, que es el problema biofísico más característico del ojo miope, conlleva un mayor riesgo de desprendimiento de retina, glaucoma y maculopatía miópica. Y estas complicaciones, especialmente frecuentes en la miopía alta (afecta al 10% de la población mundial), son causas potenciales de ceguera.

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Sobreprevención y otros excesos

Sobre la prevención mal entendida y algunas desmesuras de la medicina

Sobrediagnóstico, sobredefinición, sobredetección, sobreventa, sobretratamiento (overdiagnosis, overdefinition, overdetection, overselling, overtreatment) son palabros de reciente cuño a los que podemos añadir el de sobreprevención. Guardan entre sí estrechas relaciones y en su conjunto ponen de relieve una cierta manera de entender y de practicar una medicina de altos vuelos técnicos y teóricos que acaba por perder de vista al paciente y termina por ocasionar más perjuicio que beneficio, o casi. El último toque de atención sobre este tipo de desmesuras ha recaído sobre el análisis sanguíneo del PSA (antígeno prostático específico). A pesar de su popularidad para la detección precoz del cáncer de próstata, el más frecuente entre los hombres, este test ya era muy cuestionado. Incluso su descubridor, Richard Ablin, abominó públicamente hace ocho años del uso de esta prueba para el cribado del cáncer de próstata, a la que calificó en el New York Times como “un costoso desastre para la salud pública”. Un cuarto de siglo después de que fuera autorizada por la FDA, un ensayo clínico le ha dado la puntilla al test del PSA al mostrar que aumenta la detección del cáncer pero no reduce su mortalidad. (más…)

¡Es la pobreza, estúpido!

Sobre el gran factor de riesgo de la mortalidad prematura olvidado por la OMS

La distinción entre enfermedades transmisibles y no transmisibles (en inglés se habla de communicable y non comunicable diseases) explica muchas cosas y resulta clave para diseñar las estrategias de control y prevención. Aunque la separación no es nítida, en un lado están las enfermedades contagiosas o infecciosas, que suelen ser agudas, y en el otro, las no contagiosas, que tienden a ser crónicas. Estas últimas son ya responsables del 71% de la mortalidad prematura a nivel global, y su importancia va en aumento conforme se van controlando las infecciones. Los cuatro grupos principales de enfermedades no transmisibles son las cardiovasculares, las respiratorias, el cáncer y la diabetes, y en ellas se concentran las principales estrategias de prevención, orientadas mayormente a cambiar el estilo de vida. En 2013, la OMS planteó el objetivo global 25 x 25 para reducir la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles el 25% en 2025, poniendo el foco en siete factores de riesgo: consumo de alcohol, inactividad física, tabaquismo, hipertensión arterial, ingesta de sal, diabetes y obesidad. Muchos epidemiólogos echaron en falta en esta iniciativa un octavo factor de riesgo, la pobreza. En el debate sobre su ausencia pueden invocarse consideraciones ideológicas y de otra índole, pero no las científicas, pues la pobreza es sin duda uno de los principales determinantes sociales de la salud y un factor de riesgo equiparable a los otros siete, como muestra un reciente estudio. (más…)

Más educación dietética

Sobre las causas de la crisis global de obesidad y el papel de los médicos

Desde hace décadas, la población mundial sigue ganando kilos y grasa. Esta crisis global de obesidad se ha convertido en el principal problema de salud. Lo malo es que los médicos no están preparados para afrontarla. Y no es un problema de falta de investigación y pruebas científicas, sino más bien de formación nutricional: los médicos no saben la suficiente de dietética como para aconsejar a sus pacientes. El exceso de kilos y de grasa es un factor de riesgo crucial en las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y algunos cánceres y trastornos musculoesqueléticos, entre otras dolencias. De ahí que la mala alimentación pueda considerarse la principal causa de mortalidad, morbilidad y discapacidad. Para revertir esta situación, hace falta que los médicos de todo el mundo den un paso al frente, asuman el liderazgo que les corresponde y aprendan más nutrición. El segundo paso es mejorar la comunicación sobre alimentación saludable, pues el conocimiento existe pero falla su difusión. Y por esto, entre otras cosas, los gordos de todo el mundo andan desnortados, poniéndose a dieta y sin dejar de engordar. (más…)

Lo bueno, lo malo y la ideología

Sobre la controversia del colesterol, sus contradicciones y las dudas que genera

En el relato sobre la salud y la enfermedad que elaboran las autoridades médicas hay, como en todos los cuentos morales, buenos y malos. Este relato, que tiene una versión profesional y otra más popular, es ciertamente útil y necesario, pues sirve de guía a los médicos y los ciudadanos. Con la salvedad del tabaco, uno de los personajes más malvados es el colesterol-LDL. De hecho, se le ha colgado la etiqueta de malo para distinguirlo del bueno, el colesterol-HDL. Mientras el malo contribuye a formar la placa de ateroma que endurece y obstruye las arterias, el bueno ayuda a disolverla; uno favorece la mortalidad cardiovascular y el otro la previene. Dicha de forma simple, esta es la hipótesis del colesterol, sedimentada durante el último medio siglo y marco de referencia para la prevención y el tratamiento de la enfermedad cardiovascular. Lo que ocurre con esta parte del cuento es que no convence a todos, porque tiene sus fisuras, sus limitaciones y sus datos contradictorios. Una nueva revisión de estudios nos ofrece ahora una versión diferente de la historia, en la que el colesterol malo no es tan malo como lo pintan. (más…)