Cicatrices

Sobre los límites del cuerpo en las performances de Marina Abramovic

Los dos cuerpos desnudos colocados frente a frente a modo de quicio apenas dejan espacio para que se cuele una tercera persona por la abertura. No hay ni un pie de separación entre ambos, por lo que para entrar hay que avanzar de perfil, encarándose con el cuerpo de él o con el de ella. El individuo de la foto, consciente o inconscientemente, ha elegido rozarse contra el cuerpo de ella y utiliza su maletín de trabajo como avanzadilla para abrirse hueco entre los dos desnudos. La imagen fue tomada en 1977, en la Galleria Comunale d’Arte Moderna de Bolonia, donde una cámara oculta filmaba esta dificultosa y provocadora entrada del público a la galería. Dentro no había otra cosa que ver que la filmación de la entrada del público a través de esta puerta humana proyectada en diversos monitores. La joven desnuda es la artista serbia Marina Abramovic (Belgrado, 1946), quien con esta performance, realizada con su compañero Ulay, pretendía que el público reparara en sus sentimientos hacia los otros cuerpos y en sus actitudes sobre el género y la sexualidad. (más…)

Cenizas

Sobre el cuerpo y la fragilidad humana en la obra de Zhang Huan

Las uñas como iris blancos, como ojos ciegos que te devuelven la mirada, como cabezas de palillos de tambor que se prolongan en las manos, en un busto desnudo con cabeza rapada recortado sobre fondo negro. El autorretrato del artista chino Zhang Huan (1965), con los globos oculares cubiertos y ahondados por la presión de las yemas de los dedos corazón de ambas manos, es una imagen subyugante, misteriosa, magnética, tan viva como la imagen que devuelve el espejo de uno mismo. Esta fotografía, presentada en Madrid en una exposición individual de 70 obras en el marco de Photo España 2007, es una buena ventana al mundo de un artista que se ha servido de su cuerpo, principalmente en performances y fotografías, para explorar los sentimientos, las relaciones entre cuerpo y espíritu, y la frágil condición humana. (más…)

Mirada médica

Sobre la evolución del acercamiento visual al cuerpo enfermo

[divider_flat] Ver no es más que reconocer. Tal y como ha demostrado la neurociencia, sólo vemos aquello que somos capaces de entender e interpretar; el resto serían formas y colores sin sentido ni significado. Por eso sólo los ojos adiestrados son capaces de ver lo que está a la vista de todos y descubrir algo nuevo. La mirada, el reconocimiento visual, es un sentido o una variante de la inteligencia que se puede ampliar y educar con entrenamiento, pero siempre a partir de unas formas o significados consolidados en nuestro genoma a lo largo de la historia evolutiva. Del mismo modo que en la adquisición del lenguaje no se realiza sobre una tabla rasa, el lenguaje visual se elabora y reelabora a partir de unas capacidades congénitas de interpretación visual. No es posible, por tanto, mirar el mundo con ojos totalmente limpios, como desearían algunos artistas, sino que lo hacemos a partir de la memoria biológica de la especie y, sobre todo, de los condicionantes culturales. La mirada, cualquier mirada más o menos especializada, se inscribe necesariamente en el marco cultural de cada época. Y esto es lo que le ha pasado a esa singular forma de mirada técnica que es la mirada médica o le regard médical, como la bautizó Michel Foucault en 1975. (más…)

La carne

Sobre la utilización del propio cuerpo como medio artístico

La utilización del propio cuerpo más allá del simple lienzo ha dado lugar en las últimas décadas a manifestaciones artísticas que parecen no tener límites. Hay una gran variedad de performances que toman como centro de su propuesta artística las reacciones físicas y psicológicas de cuerpos pintados, tatuados, perforados, colgados, envueltos, maltratados y sometidos a los más diversos estímulos y condiciones. Entre los artistas que se sirven del propio cuerpo y que, en general, se pueden adscribir al movimiento que se ha dado en llamar body art, se produce a menudo una desquiciada búsqueda de originalidad. En el caso de la francesa Orlan (Loira, 1947), que se singulariza por haber convertido la cirugía estética en instrumento artístico y su cara en teatro de operaciones, la originalidad radica no tanto en que la artista se convierta en su propia obra o en la espectacularización del acto quirúrgico –esto también lo hacen algunos cirujanos y las televisiones que retransmiten operaciones– como en la crítica de los usos actuales del cuerpo y de la cirugía estética que realiza con la exhibición de las intervenciones quirúrgicas realizadas en su rostro. (más…)

Cara y cruz

Sobre el abordaje médico de las desfiguraciones faciales

En The Lancet de la primera semana de julio de 2006 han venido a coincidir dos caras bien distintas de la medicina, ambas referidas a las desfiguraciones faciales y su abordaje. La primera es la descripción y valoración técnica (médica, quirúrgica, psicológica y ética) del primer trasplante parcial de cara realizado en Lyon (Francia) hace ahora siete meses; la segunda es un informe sobre los devastadores efectos de la estomatitis gangrenosa o noma, una enfermedad de la pobreza que deja sin vida o sin rostro a 140.000 niños cada año, pero que puede ser prevenida con unas cuantas medidas sencillas y bien conocidas. Las fotos que ilustran ambos temas tienen en común el espanto de la mutilación facial, ya sea causada por las mordeduras de un perro o por los mordiscos de la gangrena; pero mientras en el caso de la mujer de Lyon hay un antes y un después esperanzador, la desfiguración facial de los pobres es el rostro de la miseria y la ausencia de futuro, la imagen en carne viva de la medicina tercermundista que llega tarde o no llega.

El noma, una infección infantil oportunista promovida por las condiciones de desnutrición, falta de higiene y extrema pobreza, es conocido desde la Antigüedad (cancrum oris lo llamó Hipócrates). Suele aparecer en niños de 1-4 años de la mano de infecciones como la rubéola o la tuberculosis, y evoluciona enseguida hacia una gangrena que destroza rápidamente los labios, la boca, la mandíbula y los músculos y tejidos adyacentes. Prácticamente desapareció de Europa a finales del siglo XIX con la generalización de las medidas higiénicas sanitarias básicas; no obstante, reapareció en Auschwitz y otros campos de concentración, y más recientemente en algunos pacientes de sida muy inmunodeprimidos. Actualmente se da en todos los países subdesarrollados, pero sobre todo en los países más pobres del África subsahariana. En el noroeste de Nigeria hay una tasa anual de 6,4 casos por cada mil niños, una incidencia insoportable habida cuenta que el 79% de los niños muere por la enfermedad y el resto queda monstruosamente deformado y limitado funcionalmente. Aunque la OMS señaló al noma como una de las prioridades de salud, todavía menos del 10% de los niños afectados recibe atención médica durante la fase aguda de la enfermedad. Su prevención no sería difícil, pero exige campañas informativas a los padres, vacunaciones infantiles, buena nutrición y otras medidas que no llegan a los más desfavorecidos.

En contraste con esta situación, el trasplante de cara se presenta como la última frontera de la medicina para solucionar los trastornos estéticos, funcionales y psicológicos de las desfiguraciones del rostro. El informe favorable –en términos de sensibilidad, apariencia y aceptación del paciente– que publica The Lancet sobre la evolución del injerto a los cuatro meses de su realización muestra que esta puede ser una opción real para otros casos similares. Pero, obviamente, no para los miles de niños desfigurados por el noma.