Compromisos

Sobre la revisión del Juramento Hipocrático y el fin del paternalismo

La medicina está cambiando como pocas profesiones. No es sólo una cuestión de progreso técnico, sino sobre todo de valores. Ni médicos ni pacientes son lo que eran hace unas décadas porque su relación mutua se ha transformado profundamente. La apertura de la información médica a todos los ciudadanos ha ayudado a ventilar la casa cerrada de la medicina, pero el mayor soplo de aire fresco viene de la mano de la bioética y el fin del paternalismo. Si desde Hipócrates el paciente era el que no sabía y el médico el que administraba su sabiduría en beneficio del enfermo, ahora son ambas partes las que gestionan de mutuo acuerdo la incertidumbre que conlleva cualquier acto médico. (más…)

Perfeccionismo

Sobre la optimización biológica y el vértigo moral que provoca

[divider_flat] Aristóteles recomendaba a los hombres que querían tener un hijo varón que se ataran el testículo izquierdo antes de tener relaciones sexuales. La “ciencia” reproductiva del sabio de Estagira se ha quedado tan obsoleta que este consejo ya suena casi a chiste, algo que en absoluto ocurre con su filosofía (su Ética a Nicómaco es uno de los pilares de la ética occidental). Hay que reconocer que en los casi dos milenios y medio transcurridos, las ideas científicas han avanzado mucho más que las ideas morales. Ahora, la ingeniería genética ofrece la posibilidad real de elegir el sexo de los hijos, clonar una mascota y modificar la naturaleza humana. Todas estas posibilidades nos crean en mayor o menor medida una cierta incomodidad moral a la vez que enormes dificultades para articular una respuesta ética. Y, sin embargo, sabemos que, tanto a nivel individual como colectivo, necesitamos una posición moral. (más…)

Mnemoética

Sobre los errores de la memoria y sus implicaciones

Algunos de nuestros mejores recuerdos son falsos. Se han instalado en nuestro cerebro por diversos mecanismos, pero nunca ocurrieron tal y como los recordamos. Y muchos otros sólo son ciertos en sus aspectos esenciales, pero no en los detalles. Si dentro de unos años volviéramos a recordar los mismos sucesos, no serían exactamente iguales, porque los recuerdos autobiográficos se renuevan cada día, adaptándose continuamente a la concepción actual del yo, según nos enseña la neurociencia. Al cerebro no le gusta recordar los detalles porque no está diseñado biológicamente para ello, sino para interpretar de forma interesada la información que le llega y almacenar esas interpretaciones de forma más o menos duradera en la memoria. Como dice el neurocientífico Michael Gazzaniga, la memoria no es tanto un mecanismo para recordar el pasado como un medio para prepararnos para el futuro. (más…)

Médicos dedicados

Sobre los valores éticos, científicos y humanísticos

John Awoonor-Williams trabaja en una de las zonas más pobres del mundo, en el norte de Ghana. Es el único médico que hay para 187.000 habitantes, en un área sin teléfono, agua corriente, radio y televisión, y hasta hace cuatro años sin electricidad. Sus condiciones profesionales son, obviamente, bien distintas a las de otros médicos de otros lugares. Las caras de la medicina son innumerables porque los sistemas sanitarios, los riesgos para la salud, el nivel de vida de los países y otros muchos factores determinan una gran variabilidad en las condiciones de trabajo de los médicos alrededor del mundo. Lo que les une a todos ellos es su dedicación al cuidado de los enfermos. Médicos dedicados del mundo es precisamente el título de un libro singular recién editado por la World Medical Association con los perfiles humanos y profesionales de 65 médicos de 58 países, entre ellos el de John Awoonor-Williams. Estos médicos dedicados han sido elegidos por sus compañeros de las 84 asociaciones médicas nacionales que integran esta organización que promueve la excelencia en medicina y los valores básicos de la medicina: humanismo, ciencia y ética.

Los 65 médicos elegidos por la WMA son dignos representantes de estas tres tradiciones perdurables de la medicina. Entre ellos están, por ejemplo, el venezolano Jacinto Convit, que ayudó a erradicar la lepra, el chino Nanshan Zhong, que alcanzó notoriedad mundial por sus trabajo en la reciente epidemia del síndrome respiratorio agudo severo (SARS), o el británico Richard Doll, recientemente fallecido, que relacionó hace 50 años el tabaquismo con el cáncer de pulmón. Todos ellos aportan reflexiones que convendría considerar. Como la que hace Pedro Alonso, el único español que aparece en la lista, por sus recientes éxitos en el desarrollo de una vacuna eficaz contra la malaria: “La enfermedad no es simplemente una consecuencia de la pobreza, es también una causa de la pobreza”. O lo que recuerda el búlgaro Nikolai Tsankov: “A veces una sonrisa puede curar más que todas las excelencias científicas que posea un médico”. O lo que explica Refaat Kamel, cirujano de Egipto: “La medicina es un estilo de vida. Mantiene el cerebro ávido y curioso”. O lo que señala el psiquiatra y experto en bioética Luis Picard-Ami,  de Panamá: “Me preocupa profundamente que la medicina se convierta en una industria”. O lo que reflexiona Adib Jatene, cirujano torácico y cardiovascular de San Paulo (Brasil): “La profesión existe para ayudar a quienes sufren y no para ayudar a la gente a ganar dinero”. Por suerte para la profesión hay muchos, muchísimos otros médicos dedicados como ellos.