Habitabilidad
Sobre la influencia de la vivienda en la salud y la calidad de vida
[divider_flat] «Como fuera de casa en ninguna parte». La frase, atribuida al actor Antonio Gamero, resume lo que pensaban no pocos escritores y tertulianos en el Madrid de la postguerra, que huían de sus fríos e incómodos pisos y preferían pasar las horas al calor de la estufa y la compañía en un café. Lo que se le pide a la propia casa es mucho más que un techo para dormir: debe ofrecer protección, seguridad, tranquilidad, intimidad e incluso oportunidades de relación y de autorrealización. La vivienda ocupa, en todo el mundo, un lugar central en la vida humana y, según empieza a reconocer la OMS, es más decisiva en la salud de lo que cabía esperar. Basta tener en cuenta que en algunos países europeos los accidentes domésticos superan a los accidentes de tráfico o que el 10% de los cánceres de pulmón está relacionado con la presencia de radón en la casa del enfermo. Aparte de esto, la calidad de la vivienda y su entorno se asocia con otros muchos problemas de salud, como pueden ser las alergias, las enfermedades respiratorias y circulatorias, el insomnio y la ansiedad, el sedentarismo y la mala alimentación, la depresión y otros trastornos mentales. La propia casa es, sin duda, un espacio que afecta directamente al bienestar físico y psicológico de sus ocupantes, a su desarrollo e integración social, es decir, a su salud. Aunque empieza a haber muchos estudios sobre ciertas condiciones de la vivienda que repercuten en la salud, no es fácil concretar la respuesta a la pregunta ¿qué es una vivienda saludable? (más…)