Más educación dietética

Sobre las causas de la crisis global de obesidad y el papel de los médicos

Desde hace décadas, la población mundial sigue ganando kilos y grasa. Esta crisis global de obesidad se ha convertido en el principal problema de salud. Lo malo es que los médicos no están preparados para afrontarla. Y no es un problema de falta de investigación y pruebas científicas, sino más bien de formación nutricional: los médicos no saben la suficiente de dietética como para aconsejar a sus pacientes. El exceso de kilos y de grasa es un factor de riesgo crucial en las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y algunos cánceres y trastornos musculoesqueléticos, entre otras dolencias. De ahí que la mala alimentación pueda considerarse la principal causa de mortalidad, morbilidad y discapacidad. Para revertir esta situación, hace falta que los médicos de todo el mundo den un paso al frente, asuman el liderazgo que les corresponde y aprendan más nutrición. El segundo paso es mejorar la comunicación sobre alimentación saludable, pues el conocimiento existe pero falla su difusión. Y por esto, entre otras cosas, los gordos de todo el mundo andan desnortados, poniéndose a dieta y sin dejar de engordar. (más…)

Los tejemanejes del azúcar

Sobre la nociva influencia de la industria alimentaria en los estudios de nutrición

En julio de 2011, un estudio publicado en Food & Nutrition Research mostraba la cara más saludable de los dulces al concluir que los niños que comen golosinas tienden a pesar menos que los que no las comen. La investigación dio pie a mensajes y titulares tan llamativos como el del Daily Mail británico: “Los dulces son buenos para los niños y pueden evitar que engorden en el futuro”. Las limitaciones del estudio eran tan importantes, que malamente se podían sostener sus conclusiones. Pero lo más grave es que nunca se supo que fue financiado por la industria alimentaria, hasta que hace unos meses lo reveló la agencia Associated Press: Cómo los fabricantes de dulces remodelan la ciencia de la nutrición. (más…)

Más pruebas verdes

Sobre la inconsistencia de las propiedades anticatarrales del ajo

Si la semana pasada nos hacíamos eco de la falta de consistencia de las propiedades anticancerígenas atribuidas al té verde, otro tanto podemos decir de las atribuidas al ajo. Al ajo también se le atribuyen propiedades contra el cáncer, pero quizá su virtud más extendida sea la capacidad de espantar el catarro común. El consumo habitual de ajos, al decir de muchos libros, nutricionistas y expertos de distinto pelaje, previene la aparición del resfriado. Pero lo que muchos de estos expertos quizá no imaginan es que esta afirmación no está ni mucho menos demostrada. Hay indicios por aquí y por allá, estudios de laboratorio y observaciones que apuntan en esta dirección, pero si se hace una revisión rigurosa y exhaustiva de las pruebas disponibles, resulta que el asunto del ajo está tan verde como el del té verde. (más…)

Respuestas verdes

Sobre la inconsistencia de los estudios sobre el té y el cáncer

Dar respuesta a interrogantes sobre la influencia del estilo de vida en la salud no suele ser fácil. ¿Hasta qué punto tal o cual hábito reduce el riesgo de una enfermedad? ¿En qué medida un alimento determinado ayuda a prevenir un problema de salud? Valorar la eficacia de las intervenciones médicas, ya sea un fármaco, una técnica diagnóstica o quirúrgica, es relativamente sencillo con un buen ensayo clínico. Pero conocer, por ejemplo, si el té verde, cuyo consumo está ahora tan de moda en los países occidentales, reduce el riesgo de sufrir un cáncer resulta más complicado. Sin embargo, abundan los estudios de todo tipo que han abordado esta cuestión, y con ellos puede hacerse una revisión sistemática para conocer el peso de las pruebas científicas disponibles. (más…)

Nutrimento

Sobre la complejidad y las contradicciones de la alimentación actual

Si queremos poner un buen ejemplo del efecto nocivo de la sobreinformación, de la disparidad de mensajes, de la complejidad de la toma de decisiones en el mundo actual y de la confusión como resultado de todo ello, no tenemos más que reparar en la alimentación. Comer nunca ha sido tan fácil y a la vez tan difícil. En los países desarrollados el problema ya no es la falta de alimentos sino la sobreabundancia, ya no es la ignorancia sobre lo que comemos sino el exceso de información y los mensajes contradictorios. Comer bien ya no es lo que era hace sólo unas cuantas décadas, cuando este acto cotidiano no estaba lastrado como ahora por el peso de tantos intereses comerciales y el uso interesado de las verdades y medias verdades nutricionales. (más…)