Sobre los vegetales y las recomendaciones dietéticas

Si hay una recomendación dietética incuestionable para la salud, especialmente la cardiovascular, esta es la de comer vegetales en abundancia. Las disquisiciones sobre el contenido relativo de los distintos tipos de grasas en la dieta, sobre los suplementos dietéticos y los alimentos reforzados, sobre las ventajas e inconvenientes de los lácteos, sobre las dietas con bajo contenido en colesterol, sobre los alimentos probióticos y otros debates abiertos se esfuman cuando se habla de comer frutas y verduras. El consenso de la American Heart Association y de otras sociedades nacionales de cardiología, el Ministerio de Sanidad y Consumo español y muchas otras autoridades sanitarias lo proclaman bien claro: hay que tomar un mínimo de cinco raciones al día (parece mucho, pero no es tanto, pues una pieza de fruta es una ración y un plato de ensalada son dos raciones).

Esta recomendación, que dista mucho de ser cumplida por la mayoría de la población en los países desarrollados, se sustenta en una amplia base epidemiológica que ha constatado que comer vegetales en abundancia se asocia con una reducción del riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular. La eficacia de una dieta de este tipo contra la arteriosclerosis no ha sido demostrada en ensayos clínicos, pero sí ha podido ser evaluada en animales de experimentación. Y sus resultados, publicados en el último número del The Journal of Nutrition, no deja lugar a dudas: la dieta rica en vegetales reduce el endurecimiento de las arterias en un 38% en comparación con una dieta sin verduras.

Para este estudio, realizado con ratones transgénicos predispuestos a desarrollar una arteriosclerosis precoz, la mitad de los animales fueron alimentados con una dieta sin vegetales mientras que la otra mitad recibió un 30% de sus calorías de una mezcla de brécol, judías verdes, maíz, guisantes y zanahorias liofilizados. A las 16 semanas, los investigadores estimaron el grado de arteriosclerosis a partir de las mediciones de colesterol libre y esterificado, y calcularon que las placas de los vasos de los ratones alimentados con vegetales eran un 38% menores a las de los ratones alimentados sin vegetales.

Aunque esta investigación habrá de ser confirmada y respaldada por otras, de entrada ya es una primera prueba que avala la recomendación de que consumir más verduras puede inhibir el desarrollo de arteriosclerosis y, que por tanto, ayudaría a prevenir infartos cardiacos y cerebrales. Ciertamente, sigue sin estar claro cómo influye exactamente el consumo de vegetales verdes y amarillos en el desarrollo de placas en las paredes arteriales, es decir, a través de qué rutas  bioquímicas se reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular. Los antioxidantes presentes en los vegetales (cuanto más colorido tengan parece ser que tienen un mayor contenido en antioxidantes) son una posible explicación de su acción benéfica, pero a buen seguro que son muchas más las verdades de las verduras que quedan por descubrir.