Espejos y espejismos

Sobre el reconocimiento de las emociones faciales y su lectura automatizada

[divider_flat] El reconocimiento de las emociones faciales es, literalmente, un juego de niños. Desde bien pequeños, todos los bebés aprenden a distinguir el estado de ánimo de sus padres escrutando sus caras. Enseguida reconocen si están contentos o enfadados, si ponen cara de asco o de sorpresa. El aprendizaje resulta rápido y sencillo porque la lectura de la gestualidad facial es una capacidad humana que parece grabada indeleblemente con el buril genético. Vemos caras en las nubes, en las manchas y por todas partes: así es nuestra naturaleza. El cerebro desarrolla esta capacidad sin aparente esfuerzo y por eso nos resulta en general relativamente fácil detectar cuándo una persona que conocemos está, por ejemplo, preocupada. (más…)

El efecto puzle

Sobre la miopía intelectual y la tendencia a tomar la parte por el todo

[divider_flat] Tomadas de una en una, las piezas de un puzle gigante dicen más bien poco de la imagen global. En muchos casos, por esa tendencia irrefrenable a ver o querer ver lo que ya conocemos de antemano, nos podemos hacer una idea equivocada. Y es que la información del conjunto que aporta una sola pieza depende del tamaño de la imagen, de la novedad y de la complejidad de la escena, así como de las piezas previamente encajadas. Esto es algo que se tiene bien presente al hacer un puzle, pero en cambio se olvida a menudo en otras actividades complejas, ya sea la información, la ciencia o la medicina. (más…)

Infoescepticismo

Sobre la necesidad de fomentar la lectura crítica de la información médica

[divider_flat] El periodismo médico tiende a la exageración. La desmesura está los genes de la información periodística como lo está el impulso de reproducción en el ADN biológico. Hay ya suficientes estudios que muestran que las noticias médicas adolecen de imprecisión, de sesgos, de incompletitud. Las limitaciones de espacio y tiempo, la influencia de la publicidad en el estilo periodístico y esa búsqueda imperiosa e irreflexiva de novedades y avances médicos espectaculares fomentan estas deficiencias. Hay, por supuesto, muchas otras razones, desde la falta de filtros y de conocimientos del periodista a la precarización del oficio de informar, pero no es el momento de ahondar en ellas. Muchos lectores ya saben que todo titular contiene una licencia para exagerar, pero probablemente ignoran otros mecanismos tanto o más importantes que conducen a la distorsión y la desinformación. (más…)

Miradas de ciencia

Sobre la fotografía científica como medio de divulgación

Un día de marzo de 2005, los ojos de Anne Weston descubrieron una célula cancerosa en plena huída a través del finísimo poro de un filtro de papel. Este encuentro fortuito se pudo producir porque Anne Weston trabaja como técnica de microscopía electrónica en el Centro de Investigación del Cáncer del Reino Unido (Cancer Research UK) y entre sus ojos y la célula tumoral se interponía un Jeol 6700, un potente microscopio electrónico de barrido con una capacidad de aumento de hasta 650.000 veces, lo que le confiere una resolución de 1 nanómetro, es decir, una millonésima de milímetro. La fotografía tridimensional de esta escena, tomada y coloreada por la propia microscopista, tiene el indudable mérito de mostrar el movimiento de una célula cancerosa (un suceso natural nunca antes visto o sólo visto por algunos técnicos e investigadores) junto con la fuerza expresiva y evocadora de una situación tan dramática como el inicio de una metástasis, un fenómeno que constituye una de las líneas de investigación del Cancer Research UK. La imagen se ha podido contemplar este año en varias exposiciones en el Reino Unido y se expone actualmente en Barcelona (Palau de la Virreina, hasta el 3 de septiembre) porque ha merecido el primer premio en la categoría “Medicina y vida” del concurso de fotografía científica Visions of Science (las imágenes están también en internet)  organizado desde 2000 por Novartis y por The Daily Telegraph, junto con otros patrocinadores menores, como el British Medical Journal, que concede el premio “Medicina y vida”.

La idea del concurso Visions of Science es divulgar el mundo de la ciencia y el espectáculo de la naturaleza mediante fotografías que ilustren algún fenómeno científico (una de las fotografías galardonadas este año muestra el fenómeno de la tensión superficial con un clip flotando en el agua), alguna escena de la vida relativamente desconocida (como es por ejemplo la célula cancerígena que huye) o simplemente muestren la belleza de la ciencia. Los científicos, claro está, disponen de equipos e instrumentos altamente sofisticados para visualizar el escenario de lo infinitamente pequeño, por lo que no es de extrañar que muchas de sus fotografías se centren en la biología a nivel celular e incluso molecular, un mundo inédito para el común de los ciudadanos. Pero, como sabe cualquier fotógrafo, lo más importante no es tanto el instrumental como la mirada, una mirada que sepa captar el mundo con ojos de científico y de artista. Con este planteamiento, el concurso Visions of Science ahora también se organizará en España a partir de 2007 para promover el interés social por la ciencia. En sus tres categorías (conceptos, personas, y arte y ciencia), la versión española del certamen, promovida por Novartis Farmacéutica y El País, pretende estimular a los profesionales relacionados con la ciencia y la salud a trasladar al público nuevas miradas sobre dos ámbitos sobre los que todavía hay demasiado desconocimiento.

Translation

Sobre los misterios y problemas de la traducción

Para ponernos en situación, pensemos en cualquiera de los congresos internacionales que cada día se celebran por doquier (sustitúyase por una isla del Pacífico o la ciudad donde uno vive). Puede ser una reunión médica o de otro tipo, pero lo que aquí nos importa es el uso de la traducción simultánea. En estas circunstancias, más de un atento y políglota observador se habrá percatado de que, a veces, la audiencia no sólo sonríe por un comentario del ponente con un cierto desfase temporal sino que sonríe cuando no toca. El culpable es, por supuesto, el traductor, que ha añadido algún comentario con la sana intención de adecuar mejor el mensaje al perfil del oyente.

Uno de los curiosos observadores de esta situación fue Antoni Muntadas, considerado uno de los artistas más comprometidos con el cuestionamiento de la realidad y sus apariencias. A partir de esta observación ha venido realizando desde 1995 una serie de 27 trabajos e intervenciones artísticas, reunidas en el proyecto «On translation»,  en lugares tan distantes como Kassel, Nueva York, Helsinki, São Paulo, Madrid, Atlanta, París o Bogotá, con la intención de reflexionar sobre la dificultas de traducir no sólo las palabras sino también los símbolos, las imágenes o las experiencias. «Atención: la percepción requiere implicación» es el provocador lema de este proyecto vivo y adaptado a cada entorno sobre la «traducción cultural como fenómeno contemporáneo» que recientemente ha recalado en el Macba de Barcelona.

Sobre la posibilidad o imposibilidad de traducir cualquier cosa, Muntadas aclaraba en El País del 23 de noviembre de 2002 que «el problema es traducir para ayudar a interpretar. Cuando yo hablo de traducción no me refiero sólo a la traducción lingüística, que es lo primero que entiende la gente, sino que traducir para mí también es cómo se interpreta una ciudad, una bandera o una transacción económica». El abismo referencial que hay entre dos palabras aparentemente equivalentes como la inglesa «translation» y la latina «translatio» nos permite acercarnos al borde del precipicio que puede abrirse entre un original y su traducción, y que cualquiera puede apreciar en su real dimensión cuando lee la traducción automática de un texto medianamente complejo.

Si, a pesar de los notables avances, la traducción automática es a menudo un proceso frustrante es porque la expresión del pensamiento en palabras sigue siendo un misterio, es decir, un asunto no matematizable. En el caso particular de la literatura médica y científica, puede parecer que la utilización universal del inglés es una solución en un ámbito en el que el lenguaje pretende ser lo menos ambiguo posible. Y en efecto lo es, pero por otra parte crea nuevos problemas con la eliminación de matices, los falsos sentidos o la insensata incorporación de neologismos. El misterio de la traducción puede tener un gran interés artístico, pero ante todo es un desafío científico y para la comunicación.