Sobre el origen, la historia y el porvenir de este blog

[divider_flat] Escepticemia apareció por primera vez el 19 de febrero de 1999, y durante más de 11 años se ha venido publicando puntualmente todos los viernes del año en el portal de Ediciones Doyma (actualmente, Elsevier) y más tarde en Jano, tanto en su edición digital como en la impresa. En paralelo ha aparecido también en una larga lista de portales médicos, sociedades científicas y otros sitios web relacionados con la salud, muchos de ellos al otro lado del Atlántico, no siempre con autorización, todo hay que decirlo.

Este blog surgió antes del boom de las bitácoras como una columna semanal para animar el debate médico en el portal de Ediciones Doyma, que yo mismo había creado un par de años atrás, siendo director editorial de Doyma. Durante estos 11 años me he venido dedicando con aplicación, profesionalidad y devoción de aprendiz a esta columna. Su lema, «la medicina vista desde internet y pasada por el saludable filtro del escepticismo», que ha permanecido invariable durante este tiempo, apuntaba claramente un doble propósito: escudriñar a través de la ventana de internet (una ventana que por aquella época inicial no era el ventanal que es hoy) y hacerlo con una mirada escéptica, una mirada cuyo desarrollo exige dedicación y aprendizaje. Y es que en medicina, como en el arte o en la vida, sólo vemos lo que conocemos: ver es reconocer.

Por mi doble condición de periodista y médico, Escepticemia ha prestado especial atención a la actualidad biomédica, a sus luces y sus sombras, así como a los problemas y peripecias de la información y la comunicación médicas, un asunto que de una u otra forma involucra a todos los agentes del proceso: investigadores, revistas biomédicas, hospitales y centros de investigación, periodistas y comunicadores, médicos y pacientes. Pero el foco de Escepticemia ha sido y es muchísimo más amplio; tan amplio como el propio concepto de salud, sobre el que he dado vueltas y más vueltas en no pocas columnas o entregas. Aunque por su periodicidad y formato fijos, y por su condición de encargo profesional, Escepticemia no ha sido un blog espontáneo como tantos otros, en él he podido libremente dar rienda suelta a buena parte de mis intereses personales: la biomedicina y la ciencia, la neurobiología y la imaginación, el arte y el lenguaje, el periodismo y la comunicación, la bioestadística y los números, la imagen y la palabra. Y siempre tratando de explorar las intersecciones de estas áreas con la salud, buscando un juego de espejos entre las ciencias y las humanidades, entre la condición de médico y la de paciente, entre la objetividad y la subjetividad, entre el pensamiento racional y el mágico; un juego de espejos en el que irremediablemente restallaba el escepticismo.

Escepticemia debe su afortunado nombre a uno de los más excepcionales pensadores médicos, Petr Skrabanek (1940-1994), un médico checo que desarrolló la mayor parte de su carrera profesional en Irlanda, en el Departamento de Salud Comunitaria del Trinity College de Dublín, y que diseccionó como pocos las intenciones ocultas y los peligros del oscurantismo en medicina. En sus libros y artículos criticó entre otras cosas los excesos de la medicina preventiva y las manipulaciones del lenguaje. «El lenguaje puede servir lo mismo para aclarar que para oscurecer las cosas, para esconder la ignorancia o para exponer los hechos», escribió en su libro Sofismas y desatinos en medicina (Ediciones Doyma, 1992).

La columna Infoescepticismo. Sobre la necesidad de fomentar la lectura crítica de la información médica (26 de febrero de 2010), en la que reflexiono sobre el declinar del periodismo médico y su progresivo sometimiento a la comunicación, fue la última publicada en el portal de Jano.es, tras la decisión de Elsevier se suspender sus blogs. A partir de ahora Escepticemia se reanuda en este sitio web, donde se publicarán las nuevas entregas, algunas de las cuales aparecerán también en el portal médico IntraMed y en otros portales con los que se acuerde la redifusión o sindicación de sus contenidos.

Digamos que Escepticemia inaugura su versión 2.0 o que se reinventa para seguir siendo, más o menos, lo que era. Con un lema nuevo -«La salud y sus intersecciones con la ciencia, el periodismo, el arte, el lenguaje y otros artefactos»- y con el rodaje y aprendizaje de estos 11 años, Escepticemia pretende explorar estas y otras intersecciones con rigor y saludable escepticismo, matizado siempre por el consejo que daba Juan de Mairena a sus alumnos: «El escepticismo pudiera estar o no estar de moda. Yo no os aconsejo que figuréis en el coro de sus adeptos ni en el de sus detractores. Yo os aconsejo, más bien, una posición escéptica frente al escepticismo.»

Foto: Martin Snopek / Flickr