Sobre la comunicación y el incierto porvenir del periodismo científico

La prensa lo está pasando mal en todo el mundo y uno de los primeros damnificados está siendo el periodismo científico. El modelo de negocio que sustentaba los diarios desde hace décadas se ha venido abajo con internet, y las empresas periodísticas no acaban de encontrar una salida. Los periódicos ya no son ese intermediario del mercado que aglutinaba publicidad, ofertas de trabajo y otros pequeños anuncios de servicios, a escala local o nacional, y que eran una base sólida del negocio y lo que permitía costear un periodismo de calidad profesional. Los diarios están inmersos en una profunda crisis y recortando sus plantillas. Y estos recortes se están llevando por delante la información científica. The Boston Globe ha logrado este año el dudoso honor de haber sido el primer gran diario de EE UU que ha cerrado su sección de ciencia (la cadena de televisión CNN ya había hecho lo propio en diciembre de 2008). Los años dorados del periodismo científico, cuando los principales diarios, desde The New York Times a El País, desplegaron sus suplementos de ciencia parecen haber pasado a mejor vida. El científico es hoy un periodismo menguante; menguante en páginas, en periodistas, en relevancia dentro de la estructura de los periódicos y quizá también en calidad. El suplemento de ciencia de El País creado a mediados de la década de 1980 se llamó Futuro. Era toda una metáfora del poderío de la ciencia y quizá también de la relevancia del periodismo científico para interpretar el futuro. La ciencia y la tecnología siguen siendo uno de los pilares de nuestra sociedad, pero el periodismo científico está haciendo mutis por el foro. ¿Es este el futuro?

El futuro del periodismo científico parece llamarse ahora Futurity. Así se denomina un portal de internet creado en marzo de este año por algunas de las principales universidades de EE UU para difundir sus hallazgos científicos directamente al público. Detrás de Futurity.org hay actualmente 45 universidades, encabezadas por la Duke University, la Stanford University y la University of Rochester, pero el consorcio está abierto a nuevas incorporaciones. Las noticias de medio ambiente, ciencia, salud y tecnología elaboradas y distribuidas por este portal tienen un cierto marchamo de calidad, en el sentido de que están bien escritas, se basan en hallazgos solventes y son rigurosas a la vez que divulgativas. Sin embargo, ¿es esto acaso periodismo científico? Aunque parece que algunas están escritas por periodistas que antes trabajaban como tales en diferentes medios de comunicación, las noticias de Futurity no son ni más que menos que comunicados de prensa. Quizá sean excelentes muestras de comunicación científica, pero eso no es periodismo porque les faltan algunos ingredientes básicos, como son el escepticismo y la ausencia de conflictos de interés. Un comunicado de prensa no es una auténtica pieza periodística porque siempre tiene presente el interés de la institución que representa, a diferencia del auténtico periodismo, que defiende sólo los intereses del público. Si el futuro del periodismo científico es este, mal vamos.