Sobre las relaciones entre científicos y periodistas[divider_flat]

Los tiempos en que periodistas y científicos se temían mutuamente parecen haber pasado a mejor vida. Al periodista no le resultaba fácil que un científico le atendiera y al investigador le costaba trabajo hacerse entender. Hace sólo un par de décadas había un abismo cultural y de lenguaje que impedía una comunicación abierta, fluida y sin malentendidos. Quizá todo fuese un espejismo o un mito, porque las interacciones entre científicos y periodistas nunca fueron estudiadas a fondo, más allá de las anécdotas personales sobre desencuentros que circulaban entre unos y otros. Pero pudiera ser también que las cosas hayan cambiado a mejor, que haya más cultura científica y que sean menores las barreras que separan a científicos y periodísticas, y que por ello sus interacciones sean más tranquilas, frecuentes y provechosas para ambas partes de lo que se creía, como indican los resultados de una encuesta realizada por el equipo de Hans Peter Peters, que se publican en el último número de Science (11 de julio de 2008).

Esta encuesta, realizada a 1.354 científicos de los cinco países científicamente más productivos (EE UU, Japón, Alemania, Reino Unido y Francia), revela que para el 57% de los investigadores sus relaciones con la prensa fueron positivas y sólo para el 6% resultaron insatisfactorias. Los encuestados, científicos que habían publicado entre 2002 y 2004 al menos dos trabajos en dos áreas concretas (células madre y epidemiología), echan por tierra otro mito: el del científico en su torre de marfil. Y es que el 69% de ellos habían sido entrevistados por periodistas al menos una vez en esos tres años, mientras que un 30% había mantenido más de cinco contactos con medios de comunicación. Estos datos confirman que la atención periodística hacia la ciencia es algo habitual y cotidiano. Los científicos reconocen, además, que su interacción con los periodistas es beneficiosa porque permite dar a conocer sus investigaciones a la sociedad (93%), ayuda a mejorar la cultura científica de la población (92%), influyen en el debate público de la ciencia (85%) y además mejora la visibilidad de sus investigaciones para obtener financiación (77%).

Los científicos, en general y sin grandes diferencias entre países, valoran bien la cobertura periodística de sus investigaciones (cabe suponer que los resultados en España serían similares). Reconocen, sin embargo, un cierto temor por la falta de control que tienen sobre el producto periodístico final; de hecho, al 91% de los encuestados lo que más les inquieta es el riesgo de que los periodistas alteren sus palabras. Con todo, está claro que la cultura científica y la periodística están cada vez más próximas. Se diría que están irremediablemente condenadas a cooperar, ya que la sociedad democrática quiere conocer hacia dónde va la ciencia y tener información y opinión sobre los principales avances, especialmente en el campo de la biomedicina. Si acaso, lo que podría resultar sospechoso de esta situación es que las relaciones entre periodistas y científicos sean tan tranquilas y simbióticas.