Sobre el predominio del inglés y el papel de las otras lenguas

Pocos médicos conocen la revista Deutsches Ärzteblatt. Sin embargo, se trata del equivalente alemán del Journal of the American Medical Association (JAMA) o del British Medical Journal (BMJ) de la British Medical Association. Ni qué decir tiene que su prestigio, relevancia e influencia en la medicina mundial son incomparablemente menores que los del JAMA o el BMJ, entre otras cosas porque la lengua en la que se escribe, el alemán, ha lastrado como una losa su visibilidad y difusión. Sin embargo, a partir de 2008, la revista oficial de la Asociación Médica Alemana (Bundesärztekammer) tiene ya una versión inglesa: todos los artículos científicos de este semanario se publican desde el pasado 21 de enero también en inglés, en una edición electrónica que pasa a llamarse Deutsches Ärzteblatt International. Probablemente ya sea un poco tarde para que la revista alemana represente lo que el BMJ o el JAMA, pero esta decisión va a favorecer sin duda la visibilidad y, por tanto, la influencia de la biomedicina escrita originalmente en alemán.

A finales del siglo XIX, la biomedicina se escribía en tres lenguas principales: inglés, francés y alemán. En 1879, una de cada cuatro revistas médicas registradas en IndexMedicus/Medline se editaba en alemán, y desde entonces este porcentaje se ha reducido a un exiguo 1,9%. En cambio, en los últimos 130 años, el porcentaje de revistas médicas escritas en inglés ha pasado de un 35% a un monopolizador 89%. En 1879, de las 810 revistas registradas, había 201 revistas en alemán frente a 284 en inglés, mientras que en 2007 había 98 en alemán frente a 4.609 en inglés, de un total de 5.204. El alemán, como el francés, cuentan muy poco en la biomedicina de hoy, que utiliza el inglés cómo lingua franca para dar a conocer los resultados de la investigación y para el debate internacional. Un 80-90% de las referencias bibliográficas remiten a artículos escritos en inglés, y entre las 103 principales revistas por factor de impacto en el apartado de “Medicine, General & Internal” del Journal Citation Reports, sólo hay 13 que no están escritas en inglés (la primera no inglesa es, por cierto, la española Medicina Clínica, que ocupa un dignísimo 44º puesto).

¿Significa esto que la anglicization o anglicanización es un fenómeno irreversible? ¿Hay hueco para las demás lenguas? ¿Qué papel pueden jugar el español, el alemán y otras lenguas periféricas en biomedicina? Aunque la ciencia en general utiliza el inglés como lengua de comunicación y discusión de los avances científicos, la medicina habla muchas lenguas en todo el mundo y todas parecen necesarias. Y es que la medicina es mucho más que la investigación y lo que se publica en las principales revistas. El debate principal se seguirá haciendo en inglés, porque el uso de una única lengua facilita la comunicación, pero hay muchos aspectos importantes de la medicina que necesitan una lengua más próxima, desde los estudios locales a la formación continuada y la imprescindible divulgación a la sociedad.