Sobre la prevención del resfriado común con vitamina C o equinácea

[divider_flat] Banal y recalcitrante, el resfriado común es a la vez ejemplo paradigmático de enfermedad benigna y de proceso pertinaz. La lucha contra el catarro, ya sea en el terreno de la prevención o en el de la curación, no está ganada ni mucho menos, y probablemente ni siquiera bien encauzada. Y esto vale lo mismo para la medicina ortodoxa y para la medicina alternativa, aunque en las últimas semanas ha sido la segunda la que se ha llevado el gato al agua: un metaanálisis ha refrendado que un remedio de herbolario, la Echinacea o equinácea, ayuda a prevenir los catarros, mientras que otro metaanálisis ha dictaminado que la vitamina C no los previene.

La idea de que tomar cada día dosis elevadas de vitamina C previene el catarro viene de lejos, al menos de mediados del siglo pasado, y su principal paladín fue el dos veces Premio Nobel Linus Pauling (1991-1994), considerado uno de los 20 científicos más influyentes de todos los tiempos, según la revista New Scientist y el único, junto con Albert Einstein, del siglo XX. En su larga vida, Pauling desplegó un abanico de temas e intereses científicos portentoso, desde la mecánica cuántica a la biología molecular, y entre ellos estuvo el confirmar su fe casi religiosa en las bondades de la vitamina C, que difundió en su libro La vitamina C y el catarro común. Pauling tomaba cada día 6-18 gramos de vitamina C (la dosis equivalente a 60-180 vasos de zumo de naranja), sin mayores problemas porque es hidrosoluble y se elimina muy bien por la orina. El toma y daca de las investigaciones de las últimas décadas tiene, por ahora, una conclusión negativa, la que aporta la revisión de 30 estudios con 11.000 personas en total, publicado por The Cochrane Library. El único efecto positivo se observa en personas sometidas a un estrés físico extremo, como los corredores de maratones o soldados, en quienes tomar dosis suplementarias de vitamina C parece reducir en un 50% la posibilidad de sufrir un catarro.

Paralelamente, la revista The Lancet Infectious Diseases ha publicado otra revisión de los estudios sobre los efectos preventivos de la equinácea sobre el resfriado. De los 700 trabajos considerados, el metaanálisis se ha centrado en los 14 que eran ensayos clínicos aleatorizados y controlados con placebo. La investigación concluye que este remedio herbal reduce en un 58% el riesgo de coger un resfriado, a la vez que acorta un poco su duración. De todas formas, no han faltado críticas a la metodología de esta investigación, por lo que el pulso entre los diferentes remedios para el catarro sigue tan vivo y apasionante como siempre. Mientras unos se preguntan si tiene sentido tomar todos los días  comprimidos de vitamina C para prevenir el resfriado, otros conceden que en el mejor de los casos la equinácea es un placebo. Y lo cierto es que seguimos prácticamente donde estábamos, sitiados y a merced de los dos centenares de tipos diferentes de virus que causan esta banal y recalcitrante enfermedad. Aunque sea se perfil bajo y con pocas bajas, la guerra del catarro continua.