Sobre el control de la epidemia mundial de tuberculosis

[divider_flat] Un día tiene 86.400 segundos y un año nada menos que 31.536.000. Pues bien, aproximadamente este es el número de nuevas infecciones tuberculosas que se producen anualmente en el mundo. Se calcula, asimismo, que actualmente puede haber unos 2.000 millones de personas vivas que han sido infectadas por el Mycobacterium tuberculosis, es decir casi un tercio de la población mundial. Por suerte, sólo un 8% de las personas infectadas desarrolla la enfermedad, porque en los demás casos el sistema inmunológico mantiene a raya a este bacilo. Con todo, el número de casos de tuberculosis (personas infectadas que necesitan tratamiento) supera los 8,7 millones, la mayoría de ellos localizados en Asia y África. Todas estas cifras, obviamente, son estimaciones, pues se considera que sólo se detectan aproximadamente seis de cada 10 casos de la enfermedad. El último Informe Mundial sobre el Control de la Tuberculosis, publicado el 22 de marzo de 2007 por la OMS, refleja que por primera vez se ha estabilizado esta epidemia que azota al ser humano desde hace unos 15.000 o 20.000 años: el porcentaje de afectados se ha mantenido constante de 2004 a 2005, aunque el número de casos ha aumentado ligeramente por el aumento de población. A pesar de este dato, la epidemia está muy lejos de ser controlada, ni siquiera en los países desarrollados como España, donde aparecen unos 12.000 casos nuevos de la enfermedad cada año.

El informe de la OMS refleja que la enfermedad causó 1,6 millones de muertes en 2005, de las cuales casi 200.000 correspondieron a personas coinfectadas con el VIH. Aunque en teoría la tuberculosis tiene un tratamiento eficaz, en la práctica el mal uso de los medicamentos de primera línea (cuatro antituberculosos que se suelen usar combinados) lleva a la aparición de la tuberculosis multirresistente, que precisa un tratamiento más prolongado con los fármacos de segunda línea, más caros y con más efectos secundarios; cuando estos fármacos también se utilizan mal, aparece la tuberculosis extremadamente resistente, que tiene un riesgo de muerte muy elevado. A nivel mundial, el éxito terapéutico global se queda en un 84%, un punto menos del objetivo que se había marcado la OMS para 2005, debido a la deficiente administración de los tratamientos. Una de las iniciativas que puede ampliar este porcentaje acaba de ser anunciada por la Asociación Médica Mundial, que va a lanzar un curso de formación por internet para que los médicos puedan mejorar el diagnóstico, la prevención y el tratamiento de la tuberculosis multirresistente. Los primeros destinatarios de este curso serán los médicos de Sudáfrica, después los de Estonia y Filipinas, y más tarde todos los médicos del mundo. El Plan Mundial para Detener la Tuberculosis (2006-2015) de la OMS, aprobado en enero de 2006, se plantea como objetivo reducir a la mitad la prevalencia y la mortalidad de esta enfermedad en 2015. No parece mucho, pero tampoco va a ser fácil porque cada enfermo de tuberculosis sigue infectando a otras 10 o 15 personas cada año.