Sobre las razones y sinrazones de la medicina alternativa

[divider_flat] Las medicinas alternativas están ganando terreno a toda velocidad, y en algunos casos parecen tener ya tanto o más predicamento que la medicina oficial. Sólo en EE UU, un país tan volcado en las ciencias como en las creencias, el conjunto de la población visitó con más asiduidad a médicos y terapeutas alternativos que a médicos de atención primaria en el periodo 1990-1997, según un estudio aparecido en el Journal of the American Medical Association (Trends in Alternative Medicine Use in the United States, 1990-1997: Results of a Follow-up National Survey. JAMA, Nov 1998; 280: 1569–1575). ¿Cuál es entonces la medicina principal y cuál la complementaria? ¿Cuáles son las posibles razones de esta aparente sinrazón?

Jonathan Waxman, profesor de oncología del Imperial College de Londres, publica en el British Medical Journal de mañana (BMJ, Nov 2006; 333:1129) un artículo de opinión en el que recuerda que un 80% de los pacientes oncológicos recurre a las medicinas alternativas o sigue alguna dieta contra el cáncer, lo que a menudo retrasa o interfiere el tratamiento convencional. Lo cierto es que aunque los hábitos dietéticos están relacionados con diversos tipos de cáncer, una vez que se ha diagnosticado el tumor ningún cambio en la dieta puede mejorar el pronóstico de la enfermedad. Además, la eficacia de los tratamientos alternativos contra el cáncer es, a la luz de las evidencias científicas, prácticamente nula. Sin embargo, la gente sigue recurriendo a estos tratamientos no probados contra el cáncer, del mismo modo que busca remedios alternativos para los problemas de espalda, el estrés y la ansiedad, la depresión o el dolor de cabeza. La medicinas alternativas han demostrado tener alguna eficacia en el tratamiento del dolor crónico así como en el manejo de diversos padecimientos frente a los que la medicina oficial no ofrece un abordaje satisfactorio. La sensación de que el paciente controla mejor su salud con los métodos alternativos, la percepción de que en general son remedios naturales y no invasivos, o el enfoque holístico que invocan algunos terapeutas son algunas de las razonas del éxito de la medicinas alternativa. Pero, ¿por qué tanta gente cree en los remedios alternativos cuando no hay pruebas de que funcionen o incluso los considera un salvavidas contra el cáncer? Waxman considera que estas medicinas ofrecen algo que la medicina oficial no ofrece o no puede ofrecer con rotundidad: esperanza, esperanza de curación.

La medicina científica denomina placebo a la esperanza y ha reemplazado las promesas por probabilidades. Pero lo que demuestra la boyante industria de las medicinas alternativas es que la esperanza basada en promesas irracionales vende mucho. Si los remedios no funcionan, es el paciente el que fallado mientras que la medicina basada en la esperanza nunca queda en entredicho. La diferencia entre los tratamientos alternativos y los convencionales es que los segundos funcionan incluso cuando no se tiene la esperanza de que funcionen.