Sobre la simulación informática de procesos biológicos

Lo que empezó probablemente siendo un ingenioso juego de palabras o un chiste ha terminado haciendo fortuna. El latinismo de nuevo cuño in silico es hoy un término corriente en los laboratorios de biología y viene a designar un tipo de experimentos que no se hacen directamente en el ser vivo (experimentos in vivo) ni en un tubo de ensayo u otro ambiente artificial fuera del organismo (experimentos in vitro), sino directamente en las tripas de un ordenador. Los experimentos in silico (el término da nombre a varias compañías y una revista científica) no son más que simulaciones informáticas de procesos biológicos, pero debido a la complejidad de la biología actual se han convertido en una herramienta cotidiana para la experimentación biológica.

En muchos laboratorios de biología hay junto a una zona “humada” otra “seca”, en la que no se trabaja con productos biológicos sino con algoritmos y modelos matemáticos. Esto es así porque la investigación en biología de sistemas implica la utilización de ingentes cantidades de información sobre el genoma, el proteoma y otras colecciones de datos de numerosos seres vivos, incluido el hombre, para entender cómo todos estos componentes se integran para formar sistemas. La magnitud de las bases de datos sobre secuencias de nucleótidos y otras moléculas es ingobernable sin el uso de potentes ordenadores y programas informáticos, y por eso los más avanzados laboratorios de biología son a la vez punteros centros de bioinformática. Un buen ejemplo es el European Molecular Biology Laboratory (EMBL), uno de los centros de referencia mundial en biología molecular, que dispone de un instituto dedicado exclusivamente a bioinformática. En el European Bioinformatics Institute (EMBL-EBI) trabajan nada menos que tres centenares de personas y es uno los pocos centros que realiza investigación en bioinformática y ofrece apoyo en ramas como la biología molecular, la genética, la medicina y la agricultura. Buena parte de la biociencia que se hace en Europa no podría realizarse sin este apoyo.

Este nuevo rumbo de la biología nos viene a recordar que la ciencia es en esencia pura matemática. En las ciencias de la vida, que cada vez se aproximan más a la física, los biólogos se están transmutando en bioinformáticos porque el entendimiento de los procesos biológicos, a cualquier escala, requiere la utilización de métodos computacionales. Así las cosas, la competencia en experimentación in silico se vislumbra ya casi imprescindible para un biólogo experimental, del mismo modo que la bioestadística es absolutamente necesaria para la investigación clínica y epidemiológica.