Sobre las elecciones para dirigir la OMS y los candidatos

A muchos puede sorprenderles que una revista tan ponderada como The Lancet se venga despachando contra la WHO/OMS con alusiones de oscurantismo, falta de  responsabilidad y comportamiento antidemocrático. Pero el motivo de las duras críticas de la revista británica no es otro que la inminencia del proceso electoral para nombrar un nuevo director general de la OMS, tras la renuncia a presentarse para un segundo mandato que hizo la actual directora, Gro Harlem Brundtland, en agosto pasado. Desde entonces esta agencia global de salud pública se ha colocado en el punto de mira de la revista británica, que considera inadmisible la designación de candidatos, la selección secreta de los cinco finalistas y la ausencia completa de debate público, ni en televisión ni en otros medios de comunicación, entre los candidatos. “Este proceso es una rareza en los estándares democráticos actuales”, dice en su editorial del 7 de diciembre The Lancet, que se está empleando a fondo, semana tras semana, en denunciar la falta de transparencia a la vez que en avivar la reflexión en la comunidad médica mundial, para lo que ha creado un espacio de debate en su sitio de internet. “Esta elección exige escrutinio público y debate riguroso, y tenemos sólo seis semanas por delante”, dice su director, Richard Horton.

El próximo 20 de enero, los miembros del Consejo Ejecutivo de la OMS, elegirán en secreto qué cinco de los nueve candidatos actuales (entre ellos el actual presidente de ONU Sida, el belga Peter Piot, y el ministro de Salud de México, Julio Frenk Mora,  ambos médicos y con un perfil político y técnico) podrán aspirar a convertirse en la Asamblea General de la OMS del 23 de mayo de 2003 el principal líder de la salud pública mundial desde julio de 2003 a julio de 2008. Para conocer mejor quién es quién entre los candidatos, sus intenciones, sus prioridades, sus visiones de la salud global y su estilo de dirección, entre otras cosas que sería deseable conocer, The Lancet publica “Una carta abierta al Consejo Ejecutivo de la OMS”. En ella se plantean 10 preguntas a modo de análisis programático para ayudar a cada uno de los miembros del Consejo Ejecutivo a nominar un candidato. El cuestionario, elaborado por The Lancet y la Fundación Rockefeller, es ciertamente exigente y exhaustivo, tanto en el plano técnico como en el político, los dos tipos de cualidades que cabe exigir al director de la OMS.

El guante está lanzado. The Lancet desafía a los candidatos a responder y debatir públicamente, como prueba de su responsabilidad y compromiso. La posición de la revista no va, por tanto, en contra sino a favor de la OMS y su fortalecimiento democrático, para que pueda ser de verdad una agencia global de salud pública, útil para todos los países y casi imprescindible para media población mundial. La OMS probablemente necesita reinvertarse, pero si lo hace será en parte gracias a que con iniciativas como ésta de The Lancet también las revistas se reinventan a sí mismas.