Sobre la visión doble, la multiplicación especular y los mitos y realidades visuales

A poco que se siga la actualidad médica y científica, una cierta sensación de déjà-vu es inevitable. A menudo no se trata de un falso reconocimiento (fausse reconnaissance o déjà raconté, que decía Freud), de ese efecto desconcertante provocado por un atajo neuronal, sino del reencuentro real con algo que ya se ha leído antes. Y no me refiero sólo a tantos estudios y artículos que dicen más de lo mismo sin aportar nada nuevo,  ni tampoco a tanta “intertextualidad” que borra las huellas y que antes se llamaba plagio. Estoy pensando sobre todo en ese fenómeno de multiplicación especular, provocado en buena medida por internet, en virtud del cual las noticias y novedades se replican hasta el paroxismo de tal modo que prácticamente todos los sitios de salud informan de lo mismo. Da igual que uno vaya a Medscape, a las noticias de MedLine Plus o a las de salud de la CNN, por no hablar de todos esos anodinos portalitos que van a remolque y al rebufo de los grandes, porque en todos están las mismas noticias que difunde ReutersHealth y otras agencias, que son a su vez son en buena parte las que vomitan sin cesar los centros que canalizan la actualidad de la revistas. La uniformidad informativa es en buena medida el origen de este déjà-vu que se experimenta al recorrer los principales centros de información de salud. Las causas son sin duda más complejas, pero lo cierto es que hay una serie de circunstancias que provocan una suerte de visión múltiple en el ciberespacio de la salud, todo lo cual nos lleva a menudo a no saber si lo que uno lee ya lo ha leído antes y si esta sensación es real o ficticia.

Llegados a esto punto, hay que poner un ejemplo. Tomaremos uno que haga al caso, aunque tomando alguna distancia. En la República Dominicana hay un prestigioso centro de oftalmología fundado en 1970, con modernos medios y profesionales competentes, que cuenta asimismo con una moderna sede web: el Instituto Espaillat Cabral. Una de las páginas interesantes de este sitio es una dedicada a desfacer entuertos que se titula Mitos y creencias sobre la salud de sus ojos, pues en ella se aclara si son verdaderas o falsas ideas comunes como éstas: “Utilizar mucho la computadora es dañino para mis ojos”, “sentarse cerca de la televisión puede afectar la visión de los niños”, “leer con poca luz es perjudicial para mis ojos” o “utilizar espejuelos con regularidad ocasiona mayor dependencia de ellos”. A mí me parece que esto es buena divulgación, pero ni mejor ni peor que la que nos ofrecen un poco más al norte, en la sede web de Prevent Blindness America, en sus páginas sobre Common Eye Myths y Frequently Asked Questions about Computers and Their Effects on Your Eyes, pues en este otro sitio se viene a decir prácticamente lo mismo. No voy a enredarme en comentarios intertextuales porque no se trata de eso, sino sólo de poner un ejemplo sobre lo fácil que es experimentar un déjà-vu en internet.

Ahora bien, con igual facilidad que se propagan las verdades lo hacen las verdades a medias y se alimentan los mitos. El más impresionante que recuerdo lo difundió la revista Nature. Fue hace un par de años, el 13 de mayo de 1999, en un artículo titulado Myopia and ambient lighting at night,  que venía a decir que los niños menores de dos años que duermen con la luz encendida tienen mayor riesgo de convertirse en adultos miopes. El estudio lo vocearon a los cuatro vientos todos los medios de comunicación, alimentando así un mito que puede seguir vivo para muchos. En realidad, para todos los que no se enteraron que la misma revista publicó 10 meses después, el 9 de marzo de 2000, otro artículo (Vision: Myopia and ambient night-time lighting)que echaba por tierra el primer estudio, porque no había tenido en cuenta que la miopía es hereditaria.