Al director del NEJM le dan siete meses de asueto a partir del 1 de septiembre

El modelo de vacaciones que le han impuesto al director del New England Journal of Medicine (NEJM), el doctor Jerome P. Kassirer, quizá no sea el más indicado o deseable, aunque nunca se sabe. La empresa editora de esta prestigiosa y veterana revista semanal que se viene publicando desde 1812, la Massachusetts Medical Society (MMS), anunció el pasado 25 de julio que Kassirer dispondrá a partir del 1 de septiembre de nada menos que siete meses de asueto suplementarios o, como dicen en el comunicado de prensa, «empezará un periodo sabático de siete meses». Si muchos colegas de Kassirer han valorado esta decisión como «desafortunada» ha sido porque justo el final de este periodo sabático coincide con la fecha de finalización del contrato de Kassirer, el 31 de marzo del 2000. En fin, que está despedido tras ocho años al frente de la primera revista de medicina general e interna por factor de impacto.

Las vacaciones adelantadas o dimisión forzosa de Kassirer inevitablemente nos traen a la memoria la reciente destitución de George D. Lundberg, el 15 de enero, como director del Journal of the American Medical Association (JAMA). Si en el caso de Lundberg, la razón oficial fue la «inapropiada» e «inexcusable» injerencia de la revista en la política al publicar un estudio sobre el sexo oral coincidiendo con el proceso abierto contra el presidente Bill Clinton por sus relaciones sexuales con Monica Levinsky, ¿cuáles han sido los motivos que han conducido al despido de Kassirer? En el comunicado oficial se dice que «ha habido honestas diferencias de opinión entre el doctor Kassirer y la Sociedad Médica sobre temas administrativos y de publicación». El comunicado no da ningún detalle sobre cuáles eran esas «honestas» diferencias sino que se recrea hasta lo empalagoso reproduciendo las mutuas muestras de agradecimiento entre ambas partes. Ante las preguntas de la agencia ReutersHealth, el portavoz de la Sociedad negó por tres veces que la disputa entre el director y los editores fuera sobre el contenido del NEJM: «No fue sobre la independencia editorial, no fue sobre el contenido editorial, no fue sobre la integridad editorial».

Entonces, ¿cuál fue la causa? Al parecer, fue la utilización del reclamo de calidad y prestigio del NEJM para promocionar otras publicaciones de la casa. En efecto, en las demás publicaciones periódicas de la MMS (Hippocrates, las seis cabeceras de Journal Watch y AIDS Clinical Care, para los profesionales médicos, además de HealthNews y Heart Watch para el usuario no médico) se incluye al lado de la cabecera de la revista una leyenda que dice: «Por los editores del New England Journal of Medicine«. Y esto, aunque técnicamente es correcto, en opinión de Kassirer da a entender que los responsables del NEJM ejercen algún control sobre las otras publicaciones, lo cual no es cierto. Sin duda debe de haber algo más, pero en cualquier caso estamos ante dos casos que muestran hasta qué punto las principales revistas médicas pueden estar influidas por lo política y comercialmente correcto, quizá más que por lo científicamente correcto.

Es posible que mientras se estaban pelando las barbas de Lundberg a principios de año, Kassirer ya hubiera puesto su bigote a remojar. De todas formas se trata de dos editores bien diferentes: Lundberg tuvo una adhesión prácticamente unánime de todos los colegas y a las pocas semanas era ya el factótum de Medscape, mientras Kassirer, de 66 años, medita sobre su futuro y reconoce que no sabe qué va a hacer. Pero esto también les ocurre a muchos que como él acaban de empezar las vacaciones. Claro que, bien mirado, el no hacer nada en vacaciones es de lo más normal, correcto y hasta saludable.