Lo dijo Javier Sánchez Caro, subdirector general de Asistencia Jurídica del Insalud el lunes 28 de junio en Santander, en el seminario "Salud y opinión pública" celebrado esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo: "La información es un acto clínico". Estas palabras, pronunciadas en el marco de su intervención acerca de "La información sobre salud y los derechos de pacintes y consumidores" y en un contexto en el que el jurista hablaba de la tendencia irrefrenable a favor el principio del autonomía del paciente, venían a resumir a la perfección el papel que puede jugar la información médica en la relación médico-paciente, donde precisamente es la información el instrumento que horizontaliza esta relación. Un paciente bien informado es sin uda mejor dueño de su vida y de su salud.

En este seminario que concluye hoy se ha abordado también la función que puede desempeñar un medio de comunicación como Internet en la difusión de la información sobre salud. ¿Llegará un día en el que el médico ponga en la receta una dirección de Internt y remita a su paciente a un sitio web para conocer mejor su enfermdad o su problema de salud? Esta posibilidad, como otras muchas que brinda Internet, ya está aquí, pero es todavía un fenómeno muy minoritario.

El usuario no médico tiene acceso a prácticamente las mismas fuentes de información que el médico. Ahora bien, hasta qué punto utiliza el usuario no médico la información médica y en qué medida encuentra información adaptada a sus necesidades, cuál es el perfil de este usuario, a qué contenidos accede, con qué objetivos, cómo valora la calidad de esta información, qué problemas y dificulatades se le presentan para encontrar información. No es fácil contestar a estas y similares cuestiones porque, de entrada, faltan estudios fiables.

Los resultados de una encuesta telefónica difundida por Reuters Health (http://www.reutershealth.com) el 5 de marzo indicaban que el 29% de los estadounidenses que accede a Internet ha utilizado la red en alguna ocasión para buscar información médica. De esta encuesta, realizada por la compañía Schwarz Pharma, se desprende el siguiente perfil del usuario que busca información médica: mujer (el 33% de mujeres frente al 24% de hombres), de 18 a 44 años (el 35% de las personas comprendidas en estafranja de edad ha realizado alguna búsqueda), con hijos (37% de usuarios con hijos frente a un 23% sin ellos). Lo que busca este usuario tipo no es otra cosa que información sobre enfermedades y tratamientos. Pero los datos de esta encuesta no permiten conocer otros detalles sobre la búsqueda de información médica en Internet, pongamos por caso la frecuencia o el nivel de satisfación. Si, con todas las cautelas que se quiera, extrapolamos este dato a España, resulta que el ejercicio de buscar información médica en Internet es un asunto muy minoritario. Como en nuestro país, según los datos del último Estudio General de Medios de febrero-marzo de 1999 (http://www.aui.es/estadi/egm/iegm.htm), tiene acceso a Internet un 8% de la población, resultaría que sólo un 2% de la población ha realizado alguna vez una búsqueda médica en Internet. Puede que las últimas ofertas de acceso gratuito para la población española aumenten esta cifra, pero habrá que esperar para conocerlo.

Esta claro que, al margen de los profesionales de la medicina, la información en la red interesa hoy por hoy a una franja de población muy reducida: gente con acceso a Internet y que necesita conocer más a fondo una enfermedad. No hay duda de que el acceso a la información médica es beneficioso para cualquiera y quizá una de las utilidades de esta información para el paciente sea poder plantear preguntas mejor documentadas a los médicos. Los médicos, a su vez, pueden remitir a sus pacientes a sus propios sitios web para ampliar información (y ahorrar tiempo) o ponerles en la pista de otros sitios con información fiable, contrastada y adecuada a sus necesidades. Además, el paciente puede utilizar asimismo el correo electrónico para comunicarse con su médico o alojar todo su historial médico en una página personal accesible desde cualquier parte del mundo.

Pero estas y otras posibilidades son todavía muy minoritarias. Internet está en sus inicios, el medio presenta todavía muchas limitaciones tecnológicas y es demasiado lento y complicado para muchas personas. Para el usuario no médico, el conjunto de la información médica disponible le resulta disuasoria en su sobreabundancia y dispersión, pero a la vez le faltan sitios de referencia con contenidos fiables y adecuados a sus necesidades informativas. El problema es más grave si se busca información en castellano. Con el tiempo, sin duda, Internet acabará siendo un canal de información muy importante para el usuario. Las cosas van ciertamente rápidas en Internet, pero ese momento todavía está por llegar.