Internet abre nuevas vías de comunicación entre médicos y pacientes

Nadie sabe a ciencia cierta cuántos sitios web hay relacionados con la medicina y la salud. Los más de 20.000 sitios recogidos en las listas de Yahoo son la punta de un iceberg del que se desconoce su tamaño. Pero ahí están esos 20.000 como prueba y testimonio de la vitalidad de la cibermedicina. El buscador Altavista encuentra hoy viernes 7 de mayo a las 11:00 horas nada menos que 8.948.817 páginas web cuando se le interroga acerca de la palabra «health». El contador de Altavista da una cifra de repetición de la palabra «health» de 21.986.356. En este batiburrillo de palabras y páginas se mezclan el último artículo del New England Journal of Medicine con la pseudociencia de cualquier charlatán y un sinfín de «infomercials» (de «information» y «commercials») donde a veces no es fácil distinguir la información veraz de la publicidad. Pero no es lo mismo que la afirmación de que «beber muchos líquidos ayuda a prevenir el cáncer de vejiga en el hombre» la diga el New England Journal of Medicine (la conclusión de un artículo del número de ayer 6 de mayo decía textualmente: «La ingesta elevada de líquidos está asociada con un menor riesgo de cáncer de vejiga en el hombre») o cualquier charlatán de medio pelo en su página web. Del mismo modo, hay diferencias entre leer esta noticia en la CNN en español (de entrada, no se dice la fecha del NEJM o datos complementarios como la prevalencia del cáncer de vejiga) o en una fuente tan solvente y profesional como Reuters Health.
La información médica en la red es tan amplia y variada que sin duda la práctica totalidad de los médicos que utilizan Internet se sirven de esta herramienta para fines profesionales. Pero es que además, la cuarta parte de todos los usuarios de la red también buscan información médica en Internet. Según una encuesta realizada en EE.UU. por la compañía Schwarz Pharma, alrededor del 33% de las mujeres y el 24% de los hombres han navegado por la red en busca de información sobre enfermedades y tratamientos. Lo malo es que el riesgo de dar con información médica no contrastada no es nada despreciable. Si para un médico no siempre es fácil discernir la información de calidad, al público general fácilmente le pueden dar gato por liebre (el problema ya se discutía en el Journal of the American Medical Association hace dos años en un interesante artículo: Assessing, Controlling, and Assuring the Quality of Medical Information on the Internet). Recientemente el Departamento de Salud y Servicios Humanos del Gobierno de EE.UU. se ha planteado la conveniencia de otorgar un sello de acreditación de calidad y aprobación de contenidos, pero son demasiados sitios en permanente actualización. Internet va sin duda más rápido que cualquier regulador y no deja de producir nuevas ideas y servicios.
Y es que, a través de Internet, tanto los médicos como los pacientes van ideando nuevas formas de comunicarse entre sí. Una de estas posibilidades es que un médico tenga su página web para dirigirse a sus pacientes. Ya hay empresas con este tipo de ofertas. Netopia, por ejemplo, es un servicio de Netscape que permite a los médicos crear y mantener fácilmente sus páginas web (con una URL del tipo http://nvo.com/su nombre) al precio de 19,95 dólares mensuales. Otro servicio similar, en este caso gratuito, es el que se ofrece en el sitio web Beansprout exclusivamente para pediatras. Los pacientes, por su parte, también disponen de innovadores servicios, como el que da la empresa Rxdata en su sitio web al alojar gratuitamente sus historiales médicos. Esto permite, por ejemplo, que un médico de cualquier parte del mundo pueda acceder mediante clave al historial de una persona que está de viaje. ¿Alguien da más?